En un mundo cada vez más definido por la disputa entre China y Estados Unidos, Argentina debe dejar de lado el simplismo de las lealtades geopolíticas y enfocarse en cómo aprovechar las oportunidades que ofrece la nueva división internacional del trabajo.
El swap chino, más que una trampa de dependencia, puede ser una herramienta de desarrollo si se lo integra en una estrategia productiva orientada a generar divisas genuinas..