El 18 de mayo, apenas diez días después de su elección como sumo pontífice, el papa León XIV presidió la Misa inaugural de su pontificado en una Plaza de San Pedro colmada de fieles y peregrinos de todo el mundo.
El acto, en el que se le entregó el ‘anillo del pescador’ marcó el inicio oficial de su ministerio como Obispo de Roma y líder espiritual de más de mil millones de católicos..