La líder, débil como nunca y en el centro de la escenaPor Francisco Olivera
Desde el momento en que, hace unos días, Cristina Kirchner confirmó que estaría anteayer en la Plaza de Mayo, no solo se convirtió en la única oradora, sino que cambió la organización del acto: la custodia, las condiciones, la estética y hasta la sede donde entregaban la pulserita para el vip, que pasó a ser el Instituto Patria. No hubo necesidad de que nadie expresara nada ni se pusieran de acuerdo, porque todos dieron todo por sentado: la palabra de Cristina Kirchner tiene en el PJ un poder performativo, lo que en lingüística se conoce como acto de habla.
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