Una escultura “pornográfica”. Escandalizó a la sociedad argentina a principios de siglo XX y hoy es orgullo porteñoPor Claudia Dubkin
Se juntó muchísima gente ese jueves 21 de mayo de 1903 en una preciosa plaza del Paseo de Julio, allí en lo que hoy es Leandro N. Alem entre Presidente Perón y Sarmiento. Había gran expectativa por ver esa escultura que estaba tapada y que ya había generado un intenso debate. Se decía que era inmoral, pornográfica, no apta para la inmaculada sociedad porteña. Se decían también cosas explosivas sobre su autora, la joven argentina Lola Mora, que no solo era mujer y escultora (una combinación inaudita en aquel tiempo) sino que además se había ido a estudiar sola a Europa, usaba ropa de hombre, no estaba casada y escandalizaba a todo el mundo con su comportamiento libre y desafiante.
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