Título de La Nación - 19/03/2023 07:58:06

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Una semana turbulenta. El regreso de la zozobra y la deshidratación del plan de Massa

El Frente de Todos se creó en 2019 para reunificar a la mayor parte del peronismo, derrotar a Cambiemos y recuperar el poder perdido. Fue una alianza táctica sin demasiada profundidad de objetivos. Esta debilidad fue expuesta en dos circunstancias clave. La primera fue la derrota electoral en las legislativas de 2021 porque interpeló la naturaleza práctica de la coalición. Para qué sirve este instrumento si ya no gana elecciones, fue la pregunta subyacente. Cristina Kirchner lo expuso con crudeza al resaltar que en su etapa de Unidad Ciudadana había sacado más votos ella sola. La segunda fue el acuerdo con el FMI, porque interpeló la naturaleza ideológica de la coalición: qué somos, un interrogante que siempre se había evitado debatir. Allí se produjo una diferenciación entre el kirchnerismo, que vio en ese pacto una trampa para su capital simbólico, y el resto del oficialismo, más pragmático y decidido a evitar un default. La irresolución de ambos impactos concluyó en la crisis de julio del año pasado, detonada por la salida de Martín Guzmán y la extrema convulsión en la que quedó el gobierno. Ahí apareció Sergio Massa, el superministro reticente, el estabilizador precario.

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